Acumuladores e incendios forestales en el secano

José Luis Arumí

Ingeniero Civil, Ph.D.

Profesor Titular Departamento de Recursos Hídricos y Centro CRHIAM

Universidad de Concepción

Hace unos días un periodista me preguntó sobre la relación que existe entre la escasez hídrica y los incendios forestales y mi respuesta fue que, al estar secos los suelos y la cobertura vegetal, existe mayor vulnerabilidad frente a la ocurrencia del fuego. Ahora, en esta columna, me gustaría profundizar sobre esta respuesta.

Para que ocurran incendios forestales destructivos deben sumarse tres elementos: i) La existencia de condiciones de secamiento atmosférico asociados a un fuerte viento Puelche; ii) La existencia de condiciones que permitan la propagación del fuego; y iii) Algo, o alguien, que inicie el fuego. Sobre el primer elemento debemos estudiar cómo se generan las condiciones de Puelche y cómo afecta su ocurrencia el Cambio Climático, para mejorar la predicción a corto y largo plazo. Sobre el tercer elemento, debemos trabajar en la educación ambiental y mejorar la legislación endureciendo las sanciones a quienes sean responsables de iniciar un incendio.

En esta columna quiero detenerme en el segundo elemento, pues ahí tenemos harto que hacer.

Por un lado, están las cosas evidentes que se deberían hacer todos los años y que no se realizan en forma sistemática. Por ejemplo, limpiar las quebradas de la basura acumulada que se transforman en combustible, como lo fue en el caso del incendio de Viña Del Mar; además desarrollar campañas de construcción y mantención de cortafuegos en zonas vulnerables, antes de la temporada de incendio; en mi opinión esto debería ser coordinado por los Gobiernos regionales con los municipios.

Por otro lado, y recordando la disponibilidad de agua, quiero plantear una medida que opino sería muy efectiva, pero que requiere la coordinación de los Gobiernos Regionales con reparticiones públicas como la DGA, LA DOH, la Comisión Nacional de Riego y INDAP. Esta medida es la construcción de pequeños acumuladores de agua en las zonas vulnerables.

Para explicar porque planteo esta posibilidad, voy a usar como ejemplo los acumuladores que construyó un amigo mío en su predio en la comuna de Ninhue hace más de 30 años, en los que participe apoyando el diseño. En palabras del propietario, estos acumuladores ayudaron a combatir los incendios, pues fueron una fuente de agua clave en el momento en que se necesitaron.

Lo interesante es que siguiendo los criterios tradicionales esos acumuladores no eran rentables, pues son muy pequeños para uso de riego y sencillamente no me convencían. Sin embargo, el dueño del predio, con una visión muy acertada, me convención de que debía mirarlos de otra forma, pues fueron construidos para asegurar la bebida animal. Después de  30 años los acumuladores se transformaron en humedales usados por la fauna silvestre e incluso uno sería declarado humedal urbano.  Además, en el caso de emergencias, fueron fuentes de agua para combatir incendios.

Entonces mi propuesta es que se realice un programa de construcción de pequeños acumuladores en las zonas de secano, que permitan acumular agua invernal en pequeñas quebradas. Esta medida permitirá apoyar a la pequeña y mediana agricultura generando fuentes de agua para bebida animal, apoyar al medio ambiente generando áreas húmedas que sirvan para hábitat de la fauna y, en el marco de la emergencia actual, reducir la vulnerabilidad del territorio frente a la ocurrencia de incendios, transformándose en fuentes de agua para el combate del fuego.

Comenta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s